Bueno, después de ver el interés que tenéis todos por saber qué es lo que pasa en el siguiente capítulo de El Misterio de la Pirámide Perdida, y después de ver el apoyo que le estáis dando, aquí tenéis
¡La primera parte del segundo capítulo!
Siento no subirlo entero, pero me quedaron un poco largos como para hacer una única entrada por capítulo.
En fin, no me enrollo más, aquí os dejo el capítulo.
¡No olvidéis comentar! ¡Y tampoco olvidéis mandarme vuestros relatos para el concurso!
CAPÍTULO 2: UNA
LLAMADA MISTERIOSA
Corro lo más rápido que me permiten mis
cansadas piernas. Los pasillos son cada vez más estrechos y oscuros, pero
aquellos jeroglíficos inquietantes siguen dibujados a lo largo y alto de las
paredes. El pasillo se me hace eterno, pero finalmente doy con lo que buscaba.
La siguiente prueba. Me paro delante de la enorme y arenosa puerta y me quedo
en silencio. Oigo el rugido del agua desde donde estoy, pero es imposible, a no
ser… Abro la puerta con cuidado y me enfrento al siguiente horror, al siguiente
obstáculo antes de poder salir de aquí. Pongo un pie dentro de la habitación y
ahogo un grito cuando veo de frente la siguiente prueba a la que la pirámide me
somete…
Me despierto
sobresaltada. Otra vez la misma pesadilla de siempre. Llevo soñando esto desde
hace unos dos o tres días más o menos. No sé a cuento de qué vienen estos
sueños, pero me ponen la piel de gallina. Tengo un mal presentimiento con
ellos. Niego con la cabeza y me levanto de la cama. Hoy, Aileen y yo tenemos
una misión importante: Averiguar quién es el chico de la misteriosa mirada azul
que ayer nos sorprendió en el templo. Hago la cama, recojo mi cuarto y me
arreglo para bajar a desayunar. Cuando llego a la cocina, encuentro un post-it
pegado a la nevera. Es de mi padre.
Nicole, he salido a comprar unas cosas
que necesitaba. Volveré mucho después de comer, aunque seguramente tú no comas
en casa hoy tampoco, como de costumbre. Comeré con la tía y los abuelos. Vuelve
a casa para cenar. Besos, papá.
Bueno, parece
que hoy desayuno sola. Me preparo unos cereales, un cola cao bien frío y me voy
al salón a desayunar. Enciendo la tele y pongo lo primero que encuentro. Es una
película bastante antigua, Las Crónicas de Narnia, creo que se llama. Va de
cuatro hermanos que viven una época de guerra y deben irse a vivir con un viejo
loco que tiene un armario de madera, igual de viejo que él, con el que los
hermanos llegan a un mundo mágico en el que siempre es invierno. La película
está entretenida, pero no le presto mucha atención. Mi cabeza está muy lejos de
la televisión y de los guapísimos hermanos Pevensie, Peter y Edmund. En lo
único en lo que puedo pensar es en el chico de ayer y en su intensa mirada
azul, aquella mirada que me dejó completamente ensimismada. Tengo que averiguar
quién es ese chico como sea. Termino de desayunar y dejo la película por la
mitad. Creo que acaban de salvar a Edmund de una bruja o algo parecido. La
pongo a grabar para poder ver el final de la película más tarde. Siempre me
quedo dormida viendo películas como esta. Llevo las cosas sucias a la cocina y
las friego antes de subir a mi cuarto a coger mi mochila. Cuando entro en mi
cuarto, veo una piedra encima de la cama. Es de Aileen, para variar.
Acabo de salir. Estoy esperándote en tu
puerta. ¿Bajas ya?
Me asomo a la
ventana y saludo a Aileen.
-Ahora mismo
bajo, estoy cogiendo la mochila.-le grito
-De acuerdo,
aquí te espero. ¡No tardes!
Me cuelgo la
mochila a la espalda y salgo corriendo de mi habitación.
-Ya era hora,
llevo un rato esperando.
-Estaba desayunando,
perdón.
-No pasa nada,
tonta-me dice con una sonrisa de oreja a oreja-¿Nos vamos?
Salimos de
nuestra pequeña plazoleta de color arenoso y enfilamos la calle que nos llevará
a nuestro destino: el bazar. El bazar es el sitio con más colorido que se puede
encontrar en El Cairo. Todo allí tiene mil y un colores, cada uno de ellos
exótico y diferente. Además, es el mejor sitio de la ciudad para comprar, pasar
el rato, charlar o buscar información sobre cualquier cosa que te quite el
sueño. Todo el mundo allí se conoce a toda la ciudad y los cotilleos que
circulan sobre cada uno de sus habitantes. Es verdad que la gran extensión y
población de la ciudad hace una odisea la tarea de conocer a todo el mundo,
pero en el bazar nunca falta un buen cotilleo recién salido del horno. Es tal
el alboroto que se forma en aquella zona de la ciudad que es imposible no
enterarse de todo lo que allí se cuece: que si esta se ha divorciado del
marido, que si hoy la temperatura parece que ha subido dos grados, que si aquel
está saliendo con la hija de alguien. Todos aquellos cotilleos que merecen ser
contados pasan de boca en boca por el bazar.
Hoy, la zona
comercial del bazar está bulliciosa y llena de vida. Parece ser que es día de
rebajas. La gente va de allí para acá, corriendo y sorteando a los transeúntes
que se cruzan en su camino, rastreando las mejores rebajas. Es un buen día para
buscar y encontrar información. Nuestro principal objetivo es hacernos con algo
de información sobre la misteriosa pirámide que salió ayer en las noticias y
que acabó con la vida de aquella pobre mujer, aunque no dejamos de lado la
búsqueda del chico de la hechizante mirada azul.
Y la segunda parte no defrauda jajaja sigue con la historia que lo haces mu bien
ResponderEliminarJaja seguiré, o te preocupes ;) cuando publique la segunda parte,abisaré!! ^^
EliminarCon este otro trozo de la historia se confirma que tienes un fan en zaragoza ya me has enganchado
ResponderEliminar¡Me alegro! Jaja lo próximo que suba será una reseña, pero seguiré con la historia. ¡Atentos al blog!
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